Nunca vi a mi padre llorar.
Y nunca había pensado en este hecho, se ve que lo tenía escondido, lo había barrido debajo de la alfombra. Capaz que a ese tipo de tema uno le tiene miedo, como el hilo de una madeja que si tiramos no sabemos lo que va a traer. Así que por miedo, ignorancia o vagancia uno quizás nunca le da importancia a esas cosas. Pero lo cierto es que nunca vi a papá llorar.
Y eso me extraña mucho, ahora que lo pienso, porque a mi se me empañan los ojos muy seguido, emocionado por cosas lindas o por el orgullo que me causan algunas personas o acciones, o por tristezas, y aunque no soy del llanto fácil, que se me asomen lágrimas es algo común para mi. Por eso pienso que quizás papá fuera igual que yo, pero en esos tiempos no fuera muy bien visto emocionarse en público.
«Se muere por sacarse una foto contigo» le dije una vez a Suarez en el Club Lagomar mientras mi hija con vergüenza esperaba ansiosa que el aceptara. Y claro que aceptó, con esa sonrisa de crack, y rapidito les saqué la foto.
Por eso cuando mi nena mirando la tele después del partido contra Ghana en Catar me dijo «Papá, Lucho está llorando» me hizo reflexionar. No porque un ídolo llorara después de una derrota sino porque ese hecho le llamara tanto la atención a mi nena.
Y dí las gracias. Porque mi nena hoy sabe que su padre llora, y su ídolo crack también, y que está bien llorar, que no es el fin, y que muchas veces nos da fuerzas para seguir.
Suarez lloró con su familia, y con él lloramos todos, algunos para adentro, algunos de bronca, pero lo màs importante para mi es que muchos niños lo vieron llorar. Vieron al crack emocionarse por las ilusiones rotas después de tanto esfuerzo y años de trabajo, pero vieron que el crack se levanta y sigue. Y este ejemplo es hasta más valioso que verlo hacer goles.
«Subí la montaña porque sabia que podía, maté al dragón porque no le tenía miedo, y atravesé el fuego porque sabía que valía la pena»
Creo que muchos cracks no son concientes de lo que su ejemplo inspira. Cracks como los jugadores de la selección y cracks como un albañil que arranca a las 5 de la mañana todos los días del año para traer comida a la mesa. Esos ejemplos de cracks son invalorables y moldean a nuestros hijos de manera única y permanente.
Por eso gracias Luis, por las que embocaste y las que erraste, por ser humano, por llorar por todos, ese simple hecho para nosotros en casa fue el mejor de tus goles, y seguro que si papá estuviera vivo hasta el hubiera llorado.
«Mi madre quería darnos a entender que las tragedias de tu vida un día tienen el potencial de ser historias cómicas en el siguiente.»
Nora Ephronhoy
